Navegando por la web (haciendo búsquedas en inglés) encontré un tour-operador británico llamado Cosmos, con unos precios extraordinarios a Maldivas. Tenían fletado un chárter con Monarch Airlines durante los meses de verano y los precios eran de escándalo (si los comparaba con el presupuesto que había invertido en las vacaciones en Fuerteventura el año anterior). Ofrecían paquetes de viaje(incluyendo vuelos) en una amplia selección de hoteles en Maldivas, en regímenes a tu elección, desde 5 días. Escogí un hotel que ofrecía “Todo Incluído”, cuando todavía no era muy habitual el concepto de “Todo Incluido” en Maldivas, ya que después de leer los comentarios de los turistas en diferentes hoteles de las islas, todos coincidían en los desorbitados precios tanto de las comidas (podías superar los 60 Euros por persona una única comida) como de las bebidas (una botella de agua desalinizada, ni siquiera agua comercializada embotellada, superaba los 3 Euros). A pesar de ser un hotel de 4 estrellas y régimen de “Todo Incluído” no era de los más caros en comparación con otros hoteles de la isla, lo que quiere decir que se estaban empezando a enfocar a uno de los perfiles “más pobres” de turista en Maldivas, conocedor del turismo en Caribe y con unas altas expectativas del “Todo Incluido”.
Estaba observando el viaje de mis sueños: 14 días en una Villa individual de jardín en Maldivas, en régimen de “Todo Incluido” por lo que al cambio eran 1.800 Euros por persona, incluyendo los vuelos desde Londres.
¿Qué iba a hacer? No tenía trabajo en aquel momento y se empezaban a atisbar los inicios de una crisis imperiosa, por lo que el miedo a lo que nos pueda deparar el futuro estaba ahí. ¡Pero era el viaje soñado por muchísimos años!.
Lo comenté con mi entorno más cercano (gran error), y como son personas que nos quieren y desean lo mejor para nosotros, tratan de recomendarnos la opción que ellos “piensan” es más segura y acertada. Una opción más conservadora. ¿Para qué te vas a gastar tanto dinero si ahora no tienes trabajo y mira la que está cayendo ahí fuera?. Como comenté en el capítulo anterior acababa un libro que cambiaría mi vida y estaba pensando cual sería la recomendación a seguir según ese libro.
Finalmente me fui a dormir y la almohada, como el 90% de las veces, resolvió mis problemas. Al día siguiente tenía la respuesta clarísima: voy a reservar ahora mismo.
Reservé a través de Cosmos (no sin antes haber buscado opiniones en foros sobre este tour-operador, para asegurarme de que, primero: existían, segundo: eran de fiar, y tercero: ofrecían calidad en sus servicios.
Reservar con ellos fue una experiencia nueva para mí, porque la atención, aun por email y telefónica fue excepcional (comparando con el servicio español por aquel entonces) y muy rápido. Hice el pago por transferencia bancaria y en dos días (porque pilló un fin de semana por el medio, tiempo que tuve para arrepentirme, pero no lo hice), el viaje estaba cerrado. Me iba en un mes.
Busqué un billete barato para ir a Londres desde Madrid, y conseguí uno por 85 €, pero reservé con dos días de anterioridad a la salida del vuelo a Madrid porque no quería perder el avión por ningún tipo de contratiempo. Esto también fue una oportunidad para dar un paseo por Londres el día anterior y tener una experiencia más. Conseguí una oferta de dos noches de hotel en Londres por 160 €.
Si se suman las cantidades por un viaje de ensueño de 17 días (incluyendo un fin de semana romántico en Londres), el precio no fue mayor a 2.100 Euros por persona.
Estaba observando el viaje de mis sueños: 14 días en una Villa individual de jardín en Maldivas, en régimen de “Todo Incluido” por lo que al cambio eran 1.800 Euros por persona, incluyendo los vuelos desde Londres.
¿Qué iba a hacer? No tenía trabajo en aquel momento y se empezaban a atisbar los inicios de una crisis imperiosa, por lo que el miedo a lo que nos pueda deparar el futuro estaba ahí. ¡Pero era el viaje soñado por muchísimos años!.
Lo comenté con mi entorno más cercano (gran error), y como son personas que nos quieren y desean lo mejor para nosotros, tratan de recomendarnos la opción que ellos “piensan” es más segura y acertada. Una opción más conservadora. ¿Para qué te vas a gastar tanto dinero si ahora no tienes trabajo y mira la que está cayendo ahí fuera?. Como comenté en el capítulo anterior acababa un libro que cambiaría mi vida y estaba pensando cual sería la recomendación a seguir según ese libro.
Finalmente me fui a dormir y la almohada, como el 90% de las veces, resolvió mis problemas. Al día siguiente tenía la respuesta clarísima: voy a reservar ahora mismo.
Reservé a través de Cosmos (no sin antes haber buscado opiniones en foros sobre este tour-operador, para asegurarme de que, primero: existían, segundo: eran de fiar, y tercero: ofrecían calidad en sus servicios.
Reservar con ellos fue una experiencia nueva para mí, porque la atención, aun por email y telefónica fue excepcional (comparando con el servicio español por aquel entonces) y muy rápido. Hice el pago por transferencia bancaria y en dos días (porque pilló un fin de semana por el medio, tiempo que tuve para arrepentirme, pero no lo hice), el viaje estaba cerrado. Me iba en un mes.
Busqué un billete barato para ir a Londres desde Madrid, y conseguí uno por 85 €, pero reservé con dos días de anterioridad a la salida del vuelo a Madrid porque no quería perder el avión por ningún tipo de contratiempo. Esto también fue una oportunidad para dar un paseo por Londres el día anterior y tener una experiencia más. Conseguí una oferta de dos noches de hotel en Londres por 160 €.
Si se suman las cantidades por un viaje de ensueño de 17 días (incluyendo un fin de semana romántico en Londres), el precio no fue mayor a 2.100 Euros por persona.
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